Delivery & Take away
de jueves a domingo de 19 a 00 hs.
Contacto: 1166426438
Detrás de una puerta de madera en el corazón de Villa del parque, con un Logo discreto y sólo para entendidos, podemos encontrar Éter Club, un bar a puertas cerradas o Speakeasy con más de 13 años de trayectoria ininterrumpida. Que sorprende a los visitantes primerizos y hace sentir como en casa al público que regresa una y otra vez.[show_more more=”Leer más” less=”Leer menos” color=”#fff”]Para muchos es un bar de culto, para otros un club de música en vivo al alcance de la mano para ir a pasar el rato y escuchar buena música, tomar un buen cóctel o simplemente tener una primera cita.
Eventos privados, formación artística, escuela de stand up, bar de letras, espacio cultural para exponer obras de pintura o fotografía, talleres, Jam de jazz, Blues o Funk, son algunas de las actividades que se realizan a lo largo de la semana los 365 días del año.
Inspirado en los clubes de Jazz de New York, con un ambiente refinado, pero sin ostentación su escenario al ras del suelo, la cercanía con los artistas, la luz tenue y sus paredes oscuras construyen una atmósfera de intimidad y camaradería.
Éter abre sus puertas 4 noches a la semana con una propuesta musical ecléctica e inclusiva que va desde los clásicos del jazz, Blues, Funk, soul, a la mejor música disco o trova.
Ofrece gastronomía tradicional y casera con gustito a hogar, con aroma a abuela, esa que se come con la mano y te dan ganas de chuparte los dedos. Podes tomar lo que quieras, vino, gaseosas, limonadas o cerveza y también podés deleitarte con un cóctel de autor de una de las mejores barras de Buenos Aires, con más de 300 marcas de destilados y un cantinero que se luce en cada creación.
Completan la experiencia un equipo humano acostumbrado a la excelencia en la atención generando así, una sensación de bienestar y disfrute para cada uno de sus invitados.
Si todavía no viviste la experiencia Éter te recomendamos que lo hagas en cuanto se pueda porque si hay que aprendimos con esta pandemia es que el disfrute no conviene dejarlo para más adelante.
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